en quimeras fantásticas,
llevan un mensaje que se manifiesta
en un espresso de reciente cosecha,
de colanza fresca como el que a los dioses les apetezca.
Café amargo con cardamomo de reciente molienda,
aromático como el rocío del perfume de tu escote insinuante,
de esos que apremian al pecho y lo vuelven delirante,
capaces de causar un infarto fulminante.
vale más que el oro o petróleo en todas sus variantes,
tan importante como luna en cuarto menguante
y más precioso que todos los diamantes.
El apaciguante de una garganta delirante,
el mágico sorbo de una lengua danzante,
la querella de pretenderla en cualquier parte.
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